1959
es el viento/
yo estoy quieto como el cosmonauta cubano/
-¿cuál era su nombre?-
ya contenido en la despreocupada fotografía de camilo cienfuegos
mientras entraba en la ciudad del año cincuenta y nueve/
caminata lunar en traje verdeolivo/
no se había labrado todavía el ramo de rosas de valentina tereshkova/
pero ya estaba/ ese primer día de la habana/
la anunciación del quieto cosmonauta cubano/
en la plataforma de lanzamiento/ aferrado
a la vieja foto de camilo cienfuegos como se aferran en el italpark
las manos de los intrépidos viajeros del grenoble setentayuno/
no vaya a ser que a último momento no se decida a entrar camilo/
no sea que no caiga al fin de cuentas la ciudad sitiada/
no sea que se deshaga/ en el futuro/ el traje sellado
para soportar los colmillos del espacio/
el disimulado temor en la estación de trenes de eslovenia/
el veneciano asombro de la primera vez en la plaza roja/ arañado
por la duda
se desvanece en la nieve el cosmonauta cubano/
antes que se cierre la escotilla piensa qué hermosas quedarían
cubiertas por el manto blanco de enero la calle veintitrés
o las humeantes tiendas del vedado/
y no añora el trópico
(Revolución Cubana) Pulse aquí para leer el siguiente poema
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