1952
pero es inútil invocarlacon su nacarada cubierta los planisferios no son otra cosa que tuberías
rotas
por las que gotea el olor a recién lavado de la blusa
que precedió al gesto de sus manos
mientras miraban la ciudad desde el café central
que ahora está del otro lado
de la línea divisoria
el gesto de sus manos
el café central
el olor a recién lavado
instantáneas de una frontera azotada por la ventisca
a la vuelta de la esquina
(Instantánea de Berlín Este) Pulse aquí para leer el siguiente poema
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