1991
tu nombre ya no es ciudadni estatua
ni bandera
se reclina la tarde al influjo de la tarde que pasa
y no respeta patios
con su golpe de sombras
que rinde a la verdad rendida
de antemano
apenas quedan los ecos de tus pasos
en el café de paris
en el callejón de zizkov
en kiev
o en el brumoso puerto que andamos
a tientas
los lejanos
(Leningrado deja de existir) Pulse aquí para leer el siguiente poema
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