jueves

Artículo de Guillermo Baltar en 45rpm


Han deslizado una alfombra roja en el Movie Center para certificar la estupidez de la provincia. Sus miserias y ostentaciones. Como si la tan mentada alfombra hubiese sido un género real, extraído del cuerpo de aquella de Hollywood. Ni eso. La imaginación corre por cuenta del lector ya que los desguarecidos televidentes están cada vez más lejos del análisis. Anestesiados por la corrupción mediática quedan otras opciones. Por ejemplo, acceder a los buenos libros que rara vez se difunden.

“Poemas encontrados en el siglopasado”de Roberto López Belloso es uno de ellos. Editado en el 2005, el libro es una coedición de Ediciones Imaginarias de Montevideo y la editorial Mascardi & Nash de Buenos Aires. (Belloso nació en Uruguay en 1958, es periodista y ha sido premiado en anteriores trabajos por la IMM y el MEC). El poemario tiene como hilo argumental señalizar fragmentos de la historia, episodios que resaltaron la aventura del hombre en el siglo XX. Sus escasos triunfos y múltiples derrotas. En el medio, la poesía. El gesto redentor de la palabra. La metáfora sobre sus desdichas. Las apariciones fugaces de la alegría. El amor y sus tribulaciones. Las guerras y las confrontaciones ideologías, observadas desde del punto de vista de un cronista sagaz. Militante de un compromiso ético y también estético. Hay en estos poemas un cierto sabor eslavo. Un misterioso encanto que nos refiere a hechos puntuales de la historia europea y su internacionalización. Bajo el espectro de las transformaciones, devenidas de las inquietudes sociales y políticas que culminaron en la revolución de los Soviets. Como si esta marcara el siglo y lo signara de todas sus contradicciones. Hay un lenguaje por momentos exquisito, donde Belloso muestra su perfil de hondura literaria. Los poemas están nominados por sus años y por algunos de sus acontecimientos. Van entonces desde 1900 al 2000. Un siglo de poemas entre hechos fundamentales que describe a través de su mirada particular. Como un espectador de esas historias, que ha sabido tomar la distancia necesaria para describirlos con pasión, pero también congelarlos y trasladarlos al papel como retratos poéticos de esos años.

Las interrogantes de Lenin. La muerte de Gauguin y el casamiento de Chejov, la revolución de Aparicio, la propia revolución de 1917, el sitio de Stalingrado, la primavera checa y su aplastamiento, el asesinato del “Che”, los Sandinistas, el fin del socialismo real, Pulp Fiction y entre ellas, pequeñas apreciaciones que son en realidad, las joyas de este libro. La correspondencia entre Tsvietaieva y Pasternak, Maiakovski en su Oda a la Revolución, un posible e inaudito triangulo entre Kafka, Milena y Quiroga, Pound en pisa y Pavese, Stanislav Lem y la Estación Solaris, Rebeca West o el funcionario de la Oficina de Patentes de Berna, llamado Albert Einstein que en 1905 publica un artículo donde inaugura la Teoría de la Relatividad.

Los poemas son en su mayoría extensos. Como hablan por sí solos, que es lo mejor que le puede pasar a un poema, reproduzco algunos de los más breves. Y dejo hablar a estos, lejos, muy lejos de la alfombra roja del reino tedioso e inverosímil.

Fuente: 45rpm digital