viernes

1918

en los túmulos de los libros/
donde el verso está enterrado/
cuando encuentren por azar los trozos de hierro
de un verso/ mío, ustedes/
con estima callada/ tóquenlo/
como una vieja/ pero temible arma

(vladimir maiakovski)

tenía entre sus manos el mismo asombro
la misma fe en el progreso
que cuando era el pequeño vladimirovich y se asomaba
de la mano de su padre
a la primera vez de la electricidad
en el pueblo iluminado que llevaría su nombre

-basta de fe en el alma
¡electricidad!
¡vapor!-

tenía
el perfil poderoso de la vanguardia
el pecho esperando la bala desafiante
(Vladimir Maiakovski publica su Oda a la Revolución)

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