1905
no hizo otra cosa que mirarla
en la oficina de patentes de berna
y preguntarse
si depende la inercia de un cuerpo de la energía que contiene
dudó de sí mismo
-¿no era el turquesa de su blusa
acaso
el absoluto?-
se contuvo una vez más
gravitando en la obligada gravedad que obligaban las costumbres
de la época
es inútil construir lo exacto
cuando llega el momento -que no importa-
y no es tarde
todavía
(tiene que haber un punto en que esperar que pase la mirada
retenerla un instante
abrir una hendidura y cruzar el intervalo)
(Un funcionario de la oficina de patentes de Berna, Albert Eisntein, publica un artículo que inaugura la Teoría de la Relatividad) Pulse aquí para leer el siguiente poema
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