sábado

1968


yo había visto su foto
en blanco y negro
y la buscaba
en las cafeterías de los aeropuertos/ en los autobuses de rugama/
en el puente de los ferrys que llevan al templo
de afaia/
búsqueda inútil/
para dar con ella
no sirven
las señales
de los taxistas
que juegan ajedrez en una esquina de proletarska brigada
ni la pálida mancha en el traje de huelga de los obreros de renault/
no sirven tampoco el rastro del moscova ni el del sena/
ni la cámara nerviosa de godard persiguiendo el rostro
de anna karina/
transfiguración egea de la tibia mañana de la casa del océano
del frío de varsovia y de la taza
de cuando todavía se llamaba anna kovaleskaya
y no escribía largas cartas desde reikjavik/
yo la seguía buscando en el anuncio de la muerte de gagarin
en la partida femoral de agosto
en la sombra
del día
en que me dijo/
en la isla de jersey/
me dijo
no recuerdo exactamente las palabras/
como animales domésticos comían de su mano
las consignas lanzadas por el impulso de los megáfonos
conocía el graznido de cada palabra
el ritmo y la diadema
de cada zoograma
y es allí también
que yo la busco

(Una foto de mayo en París)

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